La transglutaminasa es una notable enzima utilizada en la industria alimentaria para mejorar la textura, la vida útil y la calidad de los productos alimenticios. Fue descubierta a mediados del siglo XX por el Dr. Minoru Kashiwagi, un investigador japonés que encontró esta enzima en una muestra de suelo. Desde entonces, la transglutaminasa ha ganado rápidamente popularidad como solución innovadora para el procesamiento de alimentos y se ha convertido en un ingrediente esencial para muchos fabricantes de alimentos en todo el mundo.
La transglutaminasa funciona como una sustancia similar a un pegamento al unir proteínas mediante entrecruzamiento. Puede mejorar la textura, el sabor y la apariencia de los alimentos. Permite a los fabricantes crear productos alimenticios vegetarianos y veganos sin gluten con una calidad, textura y sabor similares a los de los productos tradicionales de origen animal.
Una de las ventajas más importantes del uso de transglutaminasa es su capacidad para prolongar la vida útil de los productos alimenticios. Al mejorar la textura y unir estrechamente las moléculas de proteína, el producto se mantiene más fresco por más tiempo, reduciendo así el desperdicio. También aumenta la rentabilidad al ofrecer a los fabricantes una ventana ampliada para vender sus productos.
El uso de transglutaminasa también puede ser una opción más sostenible para la producción de alimentos. Puede reducir la cantidad de carne que se debe utilizar, lo que a su vez ayuda a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la producción de productos animales.
En conclusión, la transglutaminasa es una opción innovadora para la fabricación de alimentos que ofrece a los productores la capacidad de crear productos alimenticios de alta calidad con una vida útil prolongada. También tiene el potencial de reducir los residuos, aumentar la rentabilidad y limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que la convierte en una opción más sostenible.